TÍTULO EN ESPAÑOL | La noche del cazador |
---|---|
DURACIÓN | 93 minutos |
GÉNERO | Intriga. Drama. Cine negro. Thriller | Vida rural (Norteamérica). Drama sureño. Infancia |
PAÍS | Estados Unidos |
DIRECTOR | Charles Laughton |
FORMATO | MKV |
CALIDAD | BluRay |
IDIOMA | Inglés |
SUBTÍTULOS | Sí (Español) |
TAMAÑO | 1.49 MB |
REPARTO |
---|
Robert Mitchum, Billy Chapin, Sally Ann Bruce, Shelley Winters, Lillian Gish, Peter Graves, Evely Varden, James Gleason. |
SINOPSIS |
---|
Cuando Bob Harper lleva a cabo un atraco en el que mueren dos personas, huye con el botín a casa, donde decide guardarlo, confiándoles el secreto a sus dos hijos. Tras su detención, compartiendo celda con un misterioso personaje, no deja de soñar en voz alta con el oro, lo que despierta altamente el interés de su compañero. Después de que Bob sea juzgado y ahorcado, su compañero, que se llama Harry Powell (Robert Mitchum), marcha al pueblo para encontrar a la viuda, enamorarla, casarse con ella y conocer el paradero del tesoro escondido. Sabiendo que los hijos pequeños quienes conocen el paradero del botín, les persigue sin piedad. Ambos hermanos, abandonados a su suerte, emprenderán un largo camino de huida. |
A no ser que haga yo referencia a uno de mis más preciados tesoros, el plasma de 42 pulgadas que me obsequiaron mi esposa y mi hija; tengo que confesar que nunca vi The Night of the Hunter en pantalla grande. Cuando su estreno yo era aún un proyecto de mis padres, y cuando tuve edad de verla en el cine, jamás fue repuesta en corrida normal en las salas que acostumbraban reciclar películas de décadas pasadas.
Pero, siguiendo el consejo de mi padre, la…iba a poner disfruté, pero en realidad la sufrí cuando la transmitieron en Canal 11 en horario nocturno. Y allí, en la obscuridad de la sala de nuestro departamento, completamente solo en el sillón frente a la vetusta 26 pulgadas Stromberg Carlson, atestigüé aterrado la que hasta la fecha me parece la mejor actuación de Robert Mitchum en toda su carrera como actor. Quizás esa inexpresividad casi de parálisis facial de Mitchum, fuera causante en gran medida de la terrorífica personalidad del Harry Powell que personificaba. Me pareció una especie de materialización del propio diablo, en una de las múltiples personalidades que se le atribuyen.
Ojo a un rasgo de su personaje que después sería recurrente en muchísimas películas y que trágicamente también se pondría de moda entre maleantes y malvivientes; el tatuaje de “LOVE-HATE” que “decoraba” sus nudillos. Ahora que lo pienso, esa pudiera haber sido una de las razones de la escasa distribución del filme, considerando las autoridades que provocaría imitaciones entre los espectadores jóvenes más impresionables.
La historia, dejada en manos de un Charles Laughton que debutaba (y se despedía al mismo tiempo) como director, era tan riesgosa como transportar nitroglicerina por un camino pedregoso en un camioncito destartalado y sin amortiguadores. Cualquier descuido y hubiera volado por los aires, haciendo pedazos camioncito, guion, reparto y reputación.
El escabroso tema que tocaba, si bien había sido varias veces tratado con anterioridad, tenía un ingrediente jamás rozado por el cine estadounidense: la violencia en contra de niños, al menos no de manera tan malévolamente retorcida. Laughton además sitúa visualmente las acciones en una especie de bucólica postal. Una linda casita de madera con un cristalino riachuelo a unos cuantos metros, un granero estéticamente colocado a un lado y cielos nocturnos tan llenos de luz por las estrellas, que permitían fotografiar claroscuros casi de expresionismo alemán. Ese contraste entre la idílica vida de la familia antes de la llegada del villano y el resultado de su arribo, nos dan una sensación de estar viendo algo casi pecaminoso transcurrir frente a nosotros.
No es una película “bonita”, es más bien una cátedra de estilo para las cintas de terror que vinieron después. Por eso, cuando la vi a mis “dulces” 16 recién cumplidos, preferí permanecer despierto toda la noche, antes de dejarme vencer por el sueño y correr el riesgo de sufrir pesadillas. Impactante aún en estos tiempos de violencia explícita en el cine y la televisión, imaginen ustedes la impresión que causó hace 63 años entre los espectadores.
Sí la recomiendo, sí la volveré a ver y sí, una vez más, permaneceré despierto hasta que amanezca.
Un abrazo.