REPARTO |
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Britt Robertson, Anna Friel, Rafi Gavron, Nicholas Campbell, Yul Vazquez, Cory Lee, Freda Foh Shen, Saad Siddiqui, Farid Yazdani, Brett Rickaby, Etienne Kellici, Seamus Patterson, Andy McQueen, Catherine Burdon, Nita-Josee Hanna. |
SINOPSIS |
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Un viaje hacia un territorio inexplorado y prohibido contado a través de tres historias en las que se mezcla el tiempo y el espacio. |
Unos cuantos cortos de terror, bien llevados, unidos entre si finamente por una historia en común. Al estilo Stephen King. Cumple y poco más.
"Discurren –vías infalibles de trenes fantasmas, de vagones de sueños– a través del erial que está más allá de nuestras vidas, acarreando un tráfico sin fin de almas que han muerto."
Empiezo a creer que es casi imposible traducir visualmente lo que produce leer las mejores historias de Clive Barker (al menos sin su intervención directa en el guión), y hasta ahora ninguna interpretación de "Los muertos tienen autopistas", el cuento que introduce y cierra "Libros de Sangre", me ha logrado transmitir ni la mitad del impacto de su prosa.
Dicho esto, esta película es bastante buena, enlaza muy bien las historias (que ignoro si están basadas directamente en Barker porque las partes 4-6 de Books of Blood son INCONSEGUIBLES en el mercado latino), y provee un continuo flujo de espantajos, sobresaltos y escalofríos. Destaca particularmente la actuación de Britt Robertson entre el resto, que están bastante planos aunque eficientes. Quienes no han leído al excesivo Clive, las disfrutarán muchísmo más que quienes hemos sido torturados gustosamente por su estilo.
Gracias, chicos, muy buen material.
Eso sucede con casi cualquier prosa literaria cuando se busca adaptarla a la gran pantalla, o a la chica. Es imposible transmitir la magia de la magnífica prosa de García Márquez, por ejemplo, ahora que ya hay una serie basada en Cien años de soledad. Mientras más literaria, poética e imaginativa sea la prosa, más torpe y burda será la adaptación cinemática, porque el lenguaje del cine es completamente distinto, sus medios son limitados en comparación con la riqueza verbal. No hay que pedirle al cine algo que no puede dar, especialmente si se trata de una adaptación literaria. ¿Alguien se imagina cuántas cientos o miles de horas en metraje serían necesarias para adaptar fielmente Guerra y paz de Tolstoi? Si sólo para Hamlet Kenneth Branagh se aventó cuatro horas, pues...
No hablaba de textualidad sino de emocionalidad.