21 de marzo de 2021 
| TÍTULO ORIGINAL | The Train |
|---|---|
| TÍTULO EN ESPAÑOL | El tren |
| DURACIÓN | 133 minutos |
| GÉNERO | Thriller, Bélico |
| PAÍS | Estados Unidos |
| DIRECTORES | John Frankenheimer y Arthur Penn |
| FORMATO | MKV |
| CALIDAD | BluRay |
| IDIOMA | Inglés, Alemán |
| SUBTÍTULOS | Sí (Español) |
| TAMAÑO | 2.54 GB |
| IMDB |  Puntaje: 7,8 / 10 basado en 19.825 usuarios |
| REPARTO |
|---|
| Burt Lancaster, Paul Scofield, Jeanne Moreau, Suzanne Flon, Michel Simon, Wolfgang Preiss, Albert Rémy, Charles Millot, Richard Münch, Jacques Marin, Paul Bonifas, Jean Bouchaud, Donald O'Brien, Jean-Pierre Zola, Arthur Brauss. |
| SINOPSIS |
|---|
| El Coronel Franz Von Waldheim se encuentra destacado en París con una misión muy concreta: hacerse con las modernas pinturas francesas, las mismas calificadas de "degeneradas" por los nazis, y cargarlas en un tren con destino a Alemania para el Tercer Reich. Eso sí, ha de tener mucho cuidado de no dañar la carga y, además, tiene de tiempo límite lo que tarden los aliados en reconquistar la ciudad, es decir, poco margen ya que cada vez están más cerca. |
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02.
Burt Lancaster, con más de 50 años, crea magistralmente un personaje «de acción», rudo y físico (acaba de interpretar lo opuesto en «El gatopardo»). Burt aprendió personalmente las faenas ferroviarias que debe realizar en pantalla (desde conducir la máquina a reparar sus piezas o desmontar los raíles; en esos momentos, no interpreta: lo hace), y ejecutó personalmente los alardes físicos de su personaje (se desliza escalerilla abajo desde la torre de agujas de la estación y -sin cambiar de plano- sube a un tren en marcha; salta y trepa arriba y abajo de máquinas y vallas o se arroja por un enorme terraplén que da a las vías que quiere sabotear). Junto a él, el gran Paul Scofield, en su primer papel importante en cine (dos años después ganó el Oscar por «Un hombre para la eternidad»), el alemán Wolgang Preiss, eficacísimo intérprete de oficiales alemanes en tantas películas, y los veteranos franceses Michel Simon o Jeanne Moreau, entre otros.
Y por encima de todo, «El tren» supone la más fascinadora apología del ferrocarril: de sus máquinas y de los hombres que las mueven. ¿Cómo no dejarse arrastrar por esa sinfonía de imágenes que muestran los rostros sudorosos y tiznados de los maquinistas, la forma serpentina del tren desde el aire, el racimo de raíles en que se multiplica la vía principal al llegar a la estación, el duelo entre la locomotora y el Spitfire que trata de ametrallarlos, el increíble amasijo de caos y metal producido por los choques (reales, sin efectos digitales), la voracidad con que las calderas tragan las paletadas de carbón que necesitan para respirar, el denso humo que emerge por su chimenea otorgando una breve cobertura a esos hombres que luchan del modo que mejor saben hacer, es decir, dominando a ese inmenso animal de hierro con el que conviven cada día de sus vidas…?
¡¡ MAGNÍFICA OBRA MESTRA !!
01.
Arte vs. vidas humanas, violenta raza superior, Burt Lancaster y... EL TREN
John Frankenheimer, cuando rueda "El tren", ya es uno de los mejores directores de su generación (la llamada «generación de la televisión» que saltaron al cine entre los 50 y 60), puesto que ya ha regalado joyas como "El mensajero del miedo", "El hombre de Alcatraz" o "Siete días de mayo". En "El tren" Frankenheimer da lo mejor de sí mismo, como un relojero que construye una maquinaria perfecta, una película maestra, de narración férrea (nunca mejor dicho tratándose de trenes), con una fotografía que recuerda al expresionismo alemán de los años 20 y al cine negro de los 40 y un montaje extraordinario que arrastra al espectador, todo ello servido por la música de Maurice Jarre y por un reparto en «estado de gracia».
Pero si la película es un prodigio técnico -nunca se había mostrado tan bien un tren desde Buster Keaton- también cuenta con un maravilloso guión que consigue aunar de forma única la intriga, el thriller y el cine bélico como pocas veces se ha hecho, y presentar un interesante debate sobre el arte y la vida humana, cuyo portavoz es el personaje de But Lancaster: ¿merece la pena sacrificar vidas humanas por algo -meros objetos- que no está destinado a salvar ninguna vida? ¿O la fuerza simbólica de esos objetos, como muestras eminentes de la creación humana, de la humanidad, justifica tal empresa? Frente a él, el coronel alemán encarna la misteriosa capacidad del ser humano para hacer convivir en el mismo sujeto la monstruosidad y la sensibilidad estética, que le llevará a poner por encima de todo (incluso de sus propios compatriotas heridos) esas «obras de arte» que sólo «seres de clase superior», como él, son capaces de entender y valorar.