REPARTO |
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Cantinflas, Alma Rosa Aguirre, Miguel Ángel Ferriz, Miguel Inclán, Delia Magaña, Carlos Martínez Baena, Rafael Icardo, José Elías Moreno, Antonio R. Frausto, Enriqueta Reza, Ernesto Finance, Carlos Múzquiz, Ángel Infante, Víctor Alcocer, José Chávez, Edmundo Espino, José Luis Fernández, Jesús García. |
SINOPSIS |
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Don Guadalupe, el dueño de la hacienda "Los Sauces", y su fiel sirviente Florentino son asesinados por don Carmelo, un pariente del primero. Años más tarde un peligroso salteador apodado "El 7 Machos" tiene aterrorizados a los habitantes de la hacienda. Allí viven además de Don Carmelo, su bella sobrina Rosario y Margarito (Cantinflas), un criado que es, sin saberlo, el hermano gemelo del bandido. |
Con la simple presencia de hermosa chaparrita Alma Rosa Aguirre me quedo con la película, pero además participan varios “monstruos” del cine mexicano. Entre otros, Miguel Inclán, Delia Magaña, José Elías Moreno, Ernesto Finance y Víctor Alcocer. Curiosamente, estos últimos, poseedores de tres de las más hermosas voces masculinas que ha tenido nuestra industria cinematográfica en su historia.
La cinta no es de las más conocidas del mimo mexicano por excelencia, pero permite apreciar su buen rango de actuación al interpretar un par de personajes diametralmente opuestos. No llega a los niveles de Pedro Infante en Los Tres Huastecos (Ismael Rodríguez-1948), pero se desempeña muy bien para marcar las diferencias entre sus dos papeles. La peculiar vestimenta de Cantinflas aquí se ve sustituida por la ropa de trabajo de un humilde peón, para luego portar un elegante y ajustado traje ranchero de color negro que caracterizó a tooodos los malotes de las películas en las que había un villano como antagónico del héroe en turno, el cual vestía invariablemente de blanco.
Es una cinta muy divertida, bobalicona y algo acartonada, pero divertida y no hay que pedirle mucho a la fórmula que tan bien funcionó en otra época para contar una historia campirana: una bella en peligro; un inocente que tiene que enfrentarse a sus miedos y vencerlos; un rufián cínico y despiadado; una sabia figura paterna ya mayorcita y varios simpáticos personajes secundarios. Metan todo eso en una licuadora y obtendrán el guion de al menos un centenar de películas mexicanas de los 40’s y 50’s.
No encontrarán nada mejor para pasar una tarde de risas y recuerdos por los tiempos idos.