La identidad del asesino en serie conocido como 'El Zodíaco' ha confundido a los investigadores durante casi cincuenta años, pero un teórico poco convencional y poco probable finalmente puede haber arrojado luz sobre el caso sin resolver más famoso de Estados Unidos al hacer una pregunta que nadie más ha hecho. se atrevió a preguntar: ¿y si la razón por la que el Zodíaco nunca ha sido atrapado... es porque, en primer lugar, nunca existió?
Las teoría aquí propuesta de que el asesino del Zodiaco nunca existió suena a burla hacia las víctimas tanto como a los investigadores que dedicaron años de sus vidas a tratar de resolver el caso. Más aún, suena como a la teoría de los antiguos astronautas, sólo que a la inversa. Hay incluso canales en YouTube en los que "investigadores" aficionados alegan haber identificado plenamente al perpetrador, haber descifrado los mensajes cifrados que la policía no pudo y saber qué dicen. Es improbable que tales argumentaciones, algunas muy convincentes, sean definitivas, pues el supuesto asesino ya está muerto y no se le puede procesar ni hacer los estudios científicos de ADN y otros que aclarasen el asunto. Pero al menos señalan al posible o posibles perpetradores. De allí a afirmar que todo el asunto fue un engaño, hay un trecho enorme. ¿Suena plausible? Sí, como sucede con las teorías de los antiguos astronautas. Hay que ser muy ingenuo, por decirlo de la manera más amable posible, para creer que los extraterrestres viajaron miles de millones de años hasta este planeta (y lo siguen haciendo) y no haya la menor evidencia material, incontrovertible, de sus andanzas entre nosotros. En sentido inverso, lo mismo sucede con el asesino del Zodiaco (con el caso de Jack el Destripador, con quien comparte el asunto de la elusividad y las sospecha de quién fue en verdad, pero que está lejos de ser una evidencia incontrovertible). Sospechosos hay muchos, algunos más cercanos y plausibles que otros. Pero afirmar o pretender que no existió, y que todo fue un engaño sólo es un fruto más de las teorías conspiranoicas que pueblan el mundo de la epidérmica cultura pop, en donde la complejidad del mundo es sustituida por teorías ridículas, risibles y sin el menor sustento. Esta es otra mancha más al tigre. Sólo faltó que los anfitriones de esta producción fueran Penn & Teller.
Aún así, vale la pena ver los dos episodios del "documental", siempre con un sano distanciamiento de las teorías conspiranoicas aquí expuestas.
en un todo de acuerdo con tu opinión y agregó que hoy se sabe fehacientemente quién fue ya que el destripador
Las teoría aquí propuesta de que el asesino del Zodiaco nunca existió suena a burla hacia las víctimas tanto como a los investigadores que dedicaron años de sus vidas a tratar de resolver el caso. Más aún, suena como a la teoría de los antiguos astronautas, sólo que a la inversa. Hay incluso canales en YouTube en los que "investigadores" aficionados alegan haber identificado plenamente al perpetrador, haber descifrado los mensajes cifrados que la policía no pudo y saber qué dicen. Es improbable que tales argumentaciones, algunas muy convincentes, sean definitivas, pues el supuesto asesino ya está muerto y no se le puede procesar ni hacer los estudios científicos de ADN y otros que aclarasen el asunto. Pero al menos señalan al posible o posibles perpetradores. De allí a afirmar que todo el asunto fue un engaño, hay un trecho enorme. ¿Suena plausible? Sí, como sucede con las teorías de los antiguos astronautas. Hay que ser muy ingenuo, por decirlo de la manera más amable posible, para creer que los extraterrestres viajaron miles de millones de años hasta este planeta (y lo siguen haciendo) y no haya la menor evidencia material, incontrovertible, de sus andanzas entre nosotros. En sentido inverso, lo mismo sucede con el asesino del Zodiaco (con el caso de Jack el Destripador, con quien comparte el asunto de la elusividad y las sospecha de quién fue en verdad, pero que está lejos de ser una evidencia incontrovertible). Sospechosos hay muchos, algunos más cercanos y plausibles que otros. Pero afirmar o pretender que no existió, y que todo fue un engaño sólo es un fruto más de las teorías conspiranoicas que pueblan el mundo de la epidérmica cultura pop, en donde la complejidad del mundo es sustituida por teorías ridículas, risibles y sin el menor sustento. Esta es otra mancha más al tigre. Sólo faltó que los anfitriones de esta producción fueran Penn & Teller.
Aún así, vale la pena ver los dos episodios del "documental", siempre con un sano distanciamiento de las teorías conspiranoicas aquí expuestas.