TÍTULO ORIGINAL | Il nome della rosa |
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DURACIÓN | 60 minutos |
GÉNERO | Drama, Historia, Misterio, Thriller |
TEMPORADA | Primera |
EPISODIOS | 8 |
PAÍS | Italia, Alemania |
DIRECTOR | Giacomo Battiato |
FORMATO | MKV |
CALIDAD | WEB-DL |
IDIOMA | Inglés, Italiano, Latín, Occitano |
SUBTÍTULOS | Sí (Español) |
REPARTO |
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Rupert Everett, Fabrizio Bentivoglio, James Cosmo, Michael Emerson, Nina Fotaras, Stefano Fresi, Damian Hardung, Rinat Khismatouline, Max Malatesta, Richard Sammel, Greta Scarano, Benjamin Stender, John Turturro, Piotr Adamczyk, Roberto Herlitzka, Claudio Bigagli, Alessio Boni, David Brandon, Corrado Invernizzi, Maurizio Lombardi, Fausto Maria Sciarappa, Guglielmo Favilla, Andrea Bruschi. |
SINOPSIS |
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The Name of the Rose es la adaptación de la novela de Umberto Eco. La historia se sitúa en Italia durante 1327, William Of Baskerville y su aprendiz Adso de Melk buscan a un asesino en serie dentro de un monasterio alpino. Ambos deben enfrentarse a asesinatos verdaderamente espeluznantes. |
Gracias por subir los enlaces nuevamente! Genios totales USC !
Esta nueva adaptación de la novela de Eco es entretenida sin más. Nunca habrá una transposición satisfactoria al cine o televisión de este material porque es extremadamente complejo e imposible, no hay cómo tomarlo para hacer algo atractivo y satisfactorio para los lectores más exigentes. Con esto quiero decir que el cine y la literatura son dos lenguajes muy diferentes como es obvio que casi nunca pueden hallar un paralelo en sus respectivos mundos.
Espero que esta serie impulse a los jóvenes a leer la tremenda novela de Eco. Yo la leeré otra vez, por supuesto.
Gracias USC.
William
Después de ver la serie completa, aún sin el subtítulo del último episodio, creo que es necesario hacer una valoración de la serie.
Por supuesto, hay dos tipos de espectadores que se asomarán a ella, y verán dos cosas diferentes. Por un lado, la nueva y más joven audiencia que ha crecido con series tipo Game of Thrones o Viking, y películas ambientadas en paisajes fantásticos donde la persecución y la acción son las principales herramientas para atraer y capturar públicos desprevenidos, no acostumbrados a complejidades de ninguna especie, pero sí a efectos especiales, épicas batallas, CGI a granes, y, lo más lamentable: barbas y bigotes hipsters al por mayor así como cuerpos torneados por el gimnasio, ajenos a la realidad histórica, por no mencionar las ropas y cabellos siempre limpios y cuidados, entre otras inexactitudes históricas. Si ese espectador está dispuesto a aceptar eso, aceptará cualquier barbaridad y la aplaudirá.
Por otro lado, están aquellos que, con mayor experiencia y madurez, habrán visto la película de 1986, y podrán hacer una comparación entre ambos productos. Y un grupo aparte somos aquellos que leímos la novela cuando apareció como un éxito de ventas en todo el mundo, y que desde antes habíamos leído a Jorge Luis Borges y, como mencioné en mi comentario anterior, discutíamos ampliamente en conversaciones de café e incluso en suplementos y revistas culturales su influencia y los muchos guiños que en la novela aparecen. Como agregado, señalaré que para mí Borges sigue siendo el más grande escritor en lengua española del siglo XX. Discutirlo sería asunto que sobrepasa este espacio y tendría que ser asunto de una larga o varias conversaciones de café. También diré, aunque no venga al caso, que mis últimos, o más recientes poemas, son también un amplio homenaje a Borges por sus temas, su forma cerrada en endecasílabos y por su vocabulario.
Como sea, yo pertenezco al tercer tipo de espectadores: aquellos con experiencia como espectadores lo más informado e inteligente que se pueda, tanto como un riguroso lector de nuestra tradición literaria. Quien haya leído, sabrá qué quiero decir con eso.
Habiendo dicho eso, hay que señalar que esta nueva adaptación de la novela de Eco y del film de Jean-Jacques Annaud no es, bajo ninguna circunstancia, ni mejor ni más profunda. Es asombroso, pero al mismo tiempo explicable, que al aumentar cuatro veces la duración original del filme de 1986, en lugar de profundizar en los asuntos relevantes de la novela, como la intertextualidad, la semiótica, la teología y el pensamiento medieval, así como la literatura de Borges, que es el centro de toda la historia contada por Eco, se diluya todo en subtramas absurdas que ni siquiera están en la novela.
Sólo dos ejemplos que ya señalé: el monje hereje Dolcino aparece tanto en la novela como en el filme original no como un personaje sino a través de sus ideas, que son las que al final condenan a la hoguera a Remigio de Varagine. En ningún pasaje de la novela se dice que haya escrito cartas para sus seguidores ni que haya tenido una hija, la cual ve cómo este y su madre son quemados en la hoguera personalmente por Bernardo Gui, a quien al final de la serie William de Baskerville (guiño, una vez más, literario, a la espléndida novela de Conan Doyle) enfrenta amenazando con denunciar ante el papa, y que por ese motivo su hija decida hacer una suerte de solitaria cruzada para recuperar las cartas que su padre entregó a Remigio, quien las oculta en la biblioteca de la abadía, y por cuya recuperación recorre los bosques y campos alpinos para vengar la muerte de su familia, desdibujando por completo, con esta subtrama, todo el asunto central de los crímenes y la razón por la cual han sido cometidos: el segundo libro de la Poética de Aristóteles sobre la comedia.
Si esto suena ridículo, es porque lo es. En la novela el asunto central es la risa, los libros y la teología, la traducción y la conservación de una tradición de pensamiento, el diálogo entre libros, la intertextualidad tanto como la semiótica, los ámbitos en los que Umberto Eco era un experto. Nada de eso aparece en la serie. En lugar de eso, no sólo la ridícula historia de una Juana de Arco (o cualquier otro personaje femenino de series de televisión o cinematográfica que las nuevas generaciones conocen mejor que yo) que recorre los campos del norte de Europa para vengar, inútilmente por cierto, la muerte de su padre, sino la exploración más amplia de la relación de Adso de Melk con la anónima chica del bosque cuyo rizado y brillante cabello contrasta con su vida casi silvestre y fuera de toda regla comunitaria, cuando en la novela y la película es apenas una parte muy diminuta de la historia (el otro asunto es, por supuesto, ¿cómo es que sabe leer poesía en provenzal? ¡Ridículo en verdad! Y algo que, por supuesto, jamás aparece en la novela), pueblan la historia y diluyen, finalmente, no sólo el asunto de la investigación y la discusión intelectual al interior de la abadía, sino que pierde el carácter mucho más ominoso de la película original.
El capítulo final es el más torpemente desarrollado y presenta un enfrentamiento entre William de Baskerville y Jorge de Burgos, como sacado de las series sesenteras de Batman y Robin, donde finalmente se revela todo el misterio. El problema es que para entonces todo el asunto intelectual se ha diluido casi por completo, y la discusión entre ambos personajes suena fuera de lugar, especialmente por la forma en que los libretistas tienen que agregar todo el asunto de las cartas de Dolcino que Remigio de Varagine ha ocultado en la biblioteca. Lo que en la novela y la película original era claro, aquí se vuelve confuso y el espectador joven no entenderá qué tiene que ver el segundo libro de la Poética de Aristóteles con el discurso herético de un franciscano seguidor de Dolcino. Y por supuesto, la atmósfera ominosa y de abierta oscuridad del filme original se pierden al final por completo.
Es una lástima que en vez de profundizar en temas sustantivos de la novela, y en aprovechar un magnífico elenco, casi superior al original, exceptuando a Sean Connery, la historia se diluya y termine caóticamente sin un sustento narrativo real.
Querido Recillas:
Sin haber visto el último capítulo estoy totalmente de acuerdo con las críticas que hacés de la serie.
En éste caso, los desvíos del texto original sólo han servido para perjudicar la intensidad del libro de Eco, y también su rico contenido que se despliega en capas como la cebolla.
Sin embargo, hay un punto en que pienso que la serie nos da un buen aporte (que por supuesto estaba en la novela de Eco), y es en la discusión entre franciscanos y el papado (con la avanzada de los dominicos, cuando no -recordar que ellos fueron centrales para la inquisición-) respecto de iglesia rica o iglesia pobre, iglesia con miras a lo espiritual o con poder terrenal.
Creo que la manera en que se desarrolla la disputa puede traer alguna luz a la discusión que actualmente hay en el seno de la Iglesia (que existe hace tiempo, pero que ahora, una vez más, se está haciendo visible, y que el nuevo Papa parece haber puesto bajo escrutinio).
Gracias a vos y a USC por el aporte.
Saludos cordiales.
Sí, esa parte está bien reproducida tanto en la película de 1986 como en esta serie. Y por supuesto, hay que señalar que al ser una adaptación para la televisión y por tratarse de entretenimiento, es de esperar las libertades que los guionistas suelen tomarse, como ampliar la historia romántica que en el libro es apenas un episodio. También está el hecho de que en la serie Bernardo Gui no muere cuando intenta huir. Y otros muchos detalles. Con todo y eso, la serie cumple con su función, aunque como ya señalé, la discusión final entre Jorge de Burgos y William de Baskerville sea algo caótica y difícil de entender por los asuntos adicionales que los guionistas agregaron, algo bastante forzado.
Por eso mis señalamientos a los detalles, y su alejamiento del texto original. Que las nuevas generaciones no vayan a pensar que El nombre de la rosa es una historia de amor o de detectives, cuando la novela es mucho, mucho más que eso. Ojalá la serie sirva para que los nuevos espectadores se acerquen a la novela de Umberto Eco, pero más importante aún, a la fantástica obra de Jorge Luis Borges.
exelente serie!!!
Excelente
Para ser más precisos, El nombre de la rosa es a Jorge Luis Borges lo que Beign John Malkovich a John Malkvovich, pero en literatura y mucho antes que aquella.
Ya tuve la oportunidad de ver la serie entera. Confieso que al principio tenía mis reservas respecto de lo que podía esperar. Por supuesto, recuerdo el impacto que el libro de Umberto Eco tuvo en su momento. Yo apenas empezaba mi carrera como escritor, y los guiños literarios en la novela, especialmente a Jorge de Burgos, el celoso bibliotecario ciego, era una referencia al enorme Jorge Luis Borges (a quien el rey de España y el expresidente mexicano Chente Fotz renombraron, celosamente de su deber) y uno de las múltiples homenajes al gran polígrafo argentino y universal, una de las muchas claves de lectura borgesianas en la novela: libros, bibliotecas, laberintos, espejos, mapas, oscuridad, sombras, relojes, investigación policíaca deductiva... ¿qué más podría desear un lector asiduo del gran Jorge Luis Borges? Es el mejor y más grande homenaje que se le haya dado al notable inventor de géneros literarios que fue Borges, y al mismo tiempo, algo imposible de ver para él, pues muchas de sus descripciones son altamente visuales: la fachada de la abadía, las múltiples esculturas en su ábside, los grabados de los libros, casi parecían hechos a propósito para que fueran llevado a la pantalla grande.
La diferencia con la película de 1986 (a los interesados, aquí la pueden ver y descargar: https://unsoloclic.info/2014/05/the-name-of-the-rose-1986-bluray-720p-hd/) no es sólo con el protagonista: John Turturro en el papel que originalmente encarnaba Sean Connery, sino también de detalle. Es casi imposible pensar que un libro tan detallado en sus descripciones como este de Umberto Eco pudiera quedar atrapado en apenas hora y media, por lo que el formato de miniserie en ocho episodios le favorece un poco más. Con todo, creo que la película original resulta más entretenida, más centrada en el tema de la investigación, que esta nueva serie. Hay que señalar que, al ser más extensa la miniserie, hay mejores y más brillantes tomas aéreas y del paisaje que la original, además de que se explora un poco más a algunos personajes, como el ominoso Bernardo Gui (Rupert Everett), originalmente encarnado en la película por F. Murray Abraham (Salieri en Amadeus). En la película, Gui sólo aparece hasta el final, y es presentado como un personaje malvado, diabólico, en abierto contraste con William de Baskerville (otro guiño a Borges y su gusto por los libros, en este caso, por la tipografía). En la serie Gui aparece desde el principio, si bien contrapunteando la historia, y se le ve más humano, menos de cartón como en la película. Jorge de Burgos es encarnado aquí por James Cosmo, mientras que en la película lo era por el incomparable y legendario bajo ruso Fiodor Chaliapin.
En general, casi todos los personajes son presentados de manera más compleja, menos acartonada, o estereotipada, que en el filme original. Igual que la película, esta tiene una base actoral italiana y los personajes principales están representados por actores estadounidenses en su mayoría.
Por supuesto, ni la película ni esta serie exime, o debería eximir al espectador de leer la novela. Ojalá las nuevas generaciones se asomen a la novela de Umberto Eco, y por él, a la extraordinaria obra de Jorge Luis Borges.
Excelente tu comentario, de un asiduo lector de J L B.....Saludos.
estimado Jmresillas, una pequeña corrección que no desmerece en absoluto su esplendida reseña. El personaje de Jorge de Burgos en la pelicula de 1986 es interpretado por Feodor Chaliapin Jr. hijo del famoso cantante de ópera ruso.
Esperaré el primo capítulo